sábado, 8 de septiembre de 2007

Juan Rulfo


Por fin llegué a Iquitos ,arribé aquí porque me dijeron que mi abuelo estaba viviendo en las afueras de la ciudad. Mi abuela me lo dijo y me lo hizo prometérselo antes de morir, iría a su encuentro y lo conocería. Le sostuve su rostro los últimos segundos como símobolo de promesa y así con el último beso se alejó de mi.

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